¿Qué tanto te agradas?
UNA BUENA AUTO IMAGEN:
En casi todas las épocas se ha visto la Belleza como un don especial y ha sido admirada por muchos, y en caso contrario, la fealdad se ha visto como una maldición de la madre
naturaleza.
Debemos reconocer que mucha gente es especialmente cruel con aquellos que se salen de los estándares de la belleza, tanto que rechazan a la gente.
Basta con decir qué desde niños, se burlan unos de otros por el peso, las características físicas que cada uno tiene y los hace ver especiales, por la altura etc.
La cuestión que debe preocuparnos es que el juicio estético que la cultura otorga a la apariencia física tiene enormes consecuencias para nuestro futuro. La idea que tenemos de belleza no llega solo, el patrón ideal de belleza lo aprendemos a través de experiencias personales y sociales y en el entorno inmediato en el que vivimos y sobre todo en los medios de comunicación.
La mala autoimagen se basa en varios aspectos, uno de ellos es la comparación. Muchas
veces o casi siempre la comparación empieza desde la infancia y por consecuencia de los
comparativos de los padres o familiares cercanos, como en el cuento del patito feo, que
llega a ser rechazado incluso por la misma familia, ya que no llega a tener o cumplir con los
parámetros que esta misma tiene sobre la “belleza”.
Las familias “Pro-belleza” no solo crean en los niños la necesidad de ser hermoso, si no que ponen la belleza física a veces en un lugar inalcanzable. En lo profesional he visto personas, que no se agradan a si mismos por no alcanzar los estándares de belleza familiares, y eso causa en ellos un rechazo, angustia, estrés y ansiedad.
Otra cosa que daña la autoimagen es estar bajo la mira de mi lupa. Que quiero decir con
esto, que nosotros mismos, agrandamos nuestros defectos o cualidades físicas. Los defectos
físicos parecen ser detectados inmediatamente por uno mismo y por los demás lo que
ocasiona que podamos sentirnos mal por tenerlos. Iniciamos en la adolescencia y pubertad,
una revisión continua y detallada, casi compulsiva de nosotros mismos, y el resultado es
que siempre nos sobra o nos falta algo. Nos criticamos todo, poro a poro, piel, cabello,
dientes, ojos, etc. Es increíble la habilidad de algunos para detectarse las fallas y exagerarlas
en muchos casos. Hay que tener cuidado con esto, o podemos caer en casos extremos en
un trastorno dismórfico corporal.
natural que queramos sentirnos bien, vernos bien y gustarnos, lo malo aquí es la preocupación obsesiva de ser bella y hermosa a toda hora.
Es algo malo cuando hacemos esta autoafirmación personal: Lo que valgo como ser humano depende de mi belleza física”.
Si lo que vemos al espejo no se acomoda a lo ideal estético que hemos aprendido a lo largo
de nuestras vidas, nunca nos sentiremos bien con nuestro cuerpo.
Lo más saludable aquí es que tu puedes decidir tu propio concepto de belleza.
No es fácil, pero vale la pena intentarlo. Así como para vestirte bien no necesitas seguir al pie de la letra “la moda” en turno, para gustarte a ti misma no tienes que utilizar los conceptos externos.
Así como para vestirte bien no necesitas seguir al pie de la letra “la moda” en turno, para gustarte a ti misma no tienes que utilizar los conceptos externos.
Lo importante entonces no es ser bello o bella, si no gustarte a ti misma. La belleza es una actitud, si te sientes linda, lo eres, y eso transmites a los demás. Pero si aceptas pasivamente el modelo de belleza que impone el mundo desde fuera, terminarás pensando que eres horrible.
Lo saludable: destacar cosas que te gustan a ti de ti misma. Aunque no coincidan con la “moda”, o la belleza que nos enseñan.
TIPS PARA MEJORAR MI AUTOIMAGEN:
1.- TRATA DE DEFINIR TU PROPIO CRITERIO DE LO QUE ES BELLO O ESTÉTICO.
2.- DESCARTA LA PERFECCIÓN FÍSICA Y LOS CRITERIOS ESTABLECIDOS.
3.- DESCUBRE Y DESTACA LAS COSAS BUENAS QUE TIENES DE TI MISMA.
4.- TU AUTOIMAGEN LA TRANSMITES A OTROS.
5.- EL ASPECTO FÍSICO ES SÓLO UNO DE LOS COMPONENTES DE TU AUTOIMAGEN.
6.- NO MAGNIFIQUES LO QUE NO TE GUSTA DE TI.
7.- SIEMPRE HABRÁ ALGUIEN DISPUESTO A AMARTE.
8.- NO HAGAS COMPARACIONES INJUSTAS.
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